En una sesión cargada de fuertes críticas hacia el Poder Ejecutivo, el Senado de la Nación ratificó su respaldo a la educación pública y la salud pediátrica al rechazar los vetos presidenciales a las leyes de Financiamiento Universitario y de Emergencia Sanitaria, con el Hospital Garrahan como emblema. Senadores de diversas bancadas coincidieron en calificar la política de ajuste del gobierno como una “motosierra” que ataca pilares fundamentales del desarrollo del país.
La sesión se convirtió en un escenario de defensa unánime de dos instituciones consideradas “orgullo” nacional. El senador Daniel Kroneberger (UCR) abrió el debate denunciando que el gobierno “gobierna sin diálogo y con una lógica permanente que es el todo o nada”. Criticó duramente la política de recortes indiscriminados, afirmando que “cuando hablamos de universidades públicas y del hospital Garraham no hablamos de privilegios ni de gastos superfluos, hablamos de pilares de excelencia”.
En una línea similar, el senador Martín Lousteau (UCR) destacó la paradoja de atacar dos de las pocas políticas públicas argentinas con reconocimiento internacional. “Es increíble y es patético”, sentenció, al recordar que el Presidente Javier Milei “habla del riesgo país, habla de agregados monetarios, pero no habla nunca jamás ni de la salud ni de la educación”. Lousteau también advirtió sobre las consecuencias a largo plazo del desfinanciamiento: “Cada vez que perdemos un buen profesor universitario porque le pagamos mal, perdemos futuros profesores universitarios”.
Por su parte, el senador Victor Zimmermann (UCR) aportó datos duros de la Auditoría General de la Nación, que revelan que en 2024 las universidades públicas perdieron el 49,1% de sus recursos en términos reales. Destacó que el 86% del presupuesto universitario se destina a salarios, desmitificando acusaciones de gastos superfluos. Al tiempo que celebró la declaración del Garrahan como hospital de referencia nacional, insistió en la necesidad de defender un sistema que, como hijo de la universidad pública, considera “un tema central para el desarrollo”.
Desde una perspectiva política, el senador Flavio Fama (UCR), exrector, cuestionó directamente la estrategia del gobierno. “¿Cuál es el plan, señor presidente?”, se preguntó, para luego concluir: “El plan es que no haya plan”. Fama desmintió con datos los argumentos oficialistas que comparan el sistema universitario argentino con el chileno, calificando a este último como “el más desigual” y denunciando un relato basado en mentiras para justificar el ajuste.
El senador Maximiliano Abad (UCR) expresó su “vergüenza” por tener que debatir el mismo tema por tercera vez en el recinto, evidenciando un conflicto prolongado. Abad se preguntó “¿quién fue el iluminado en el gobierno que dijo que el equilibrio fiscal hay que sostenerlo atacando la educación, la salud, los discapacitados, los abuelos y las abuelas?”. Concluyó con una frase contundente: “El futuro de un país señor presidente se escribe en los pizarrones de las aulas con docentes reconocidos, con universidades fuertes y con jóvenes que tengan oportunidades”.
Con un tono más confrontativo, el senador Pablo Blanco (UCR) se dirigió directamente al presidente: “Este degenerado fiscal, como nos trata, le quiere decir al degenerado social que hay necesidades, debe entender que hay que tener empatía con la gente más allá del Excel”. Blanco acusó al gobierno de no tener problemas para encontrar recursos “para pagar intereses de la deuda o para hacer negocio con sus amigos”, pero sí para atender las necesidades de “la gente de a pie”.
Finalmente, el senador Eduardo Vischi (UCR) señaló que las dificultades actuales son producto de “políticas públicas equivocadas” de los últimos 20 años, que priorizaron a los grupos de mayor edad sobre la niñez. Con datos en mano, expuso la alarmante cifra de pobreza infantil y calificó el veto a la emergencia pediátrica como un “récord de insensibilidad” de un gobierno que “prioriza las matemáticas y no entiende cómo hacer para equilibrar las cuentas públicas y no dejar a la deriva a sectores vulnerables”. Además, defendió la inversión social como una estrategia económica: “Con salud y con educación se hace más plata”.